miércoles, 19 de agosto de 2009

Confidencialidad

Te cuento...

Qué es confidencialidad? Podemos proveer nosotros mismos informaciones a otras personas que para nosotros son confidenciales o no tenemos acceso?

Recién llegué a mi país de nuevo y, como muchas personas en el mundo, pase a formar parte de la bolsa de desempleados de la sociedad. Inmediatamente me dispuse a encontrar una plaza disponible, y puedo decir que las cosas no me han ido nada mal.

Estoy en el último peldaño de selección para formar parte de una empresa muy importante en la ciudad de Santo Domingo, y ese peldaño lo representan las pruebas de laboratorio. Ayer me llamaron de la empresa para que me dirigiera a un laboratorio clínico a realizarme "unos análisis", se me informó que solo debía decir que iba enviada por dicha compañía y que ellos me realizarían las pruebas y enviarían los resultados directamente a la empresa. Esta mañana cuando me encontraba en los laboratorios especificados me entró un poco de curiosidad sobre qué tipo de pruebas me harían, porque solo se me ocurría la del anti dopping, y al preguntar la respuesta de la persona que me atendía fue "esa información es confidencial".

Y yo me pregunto, cómo puede ser confidencial un estudio que me están realizando a mi? cómo no me puedes decir para que necesitas extraerme 4 tubos de sangre? cómo puedes analizar mi organismo sin yo saber para qué?

Me quedé tranquila porque soy una persona sana y, teniendo una vaga idea sobre qué factores pueden buscar, pienso que todo saldrá bien. Sin embargo, ese tipo de situaciones no son del todo legal. No existe una ley sobre discriminación que impide que se le niegue trabajo a una persona con sida, embarazada, o cualquier otra anomalía? Cómo es que todavía existen empresas en este país que llevan a cabo estas prácticas?

Y lo peor es que si me rechazan del trabajo por cualquier anomalía, no tengo idea de por cuál porque no se que pruebas me hicieron!!!

Posdata: Si no se hablan este tipo de problemáticas, las empresas seguirán haciendo lo que les de la gana impunemente y la discriminación se convierte en un circulo vicioso. No nos quedemos callados!

martes, 4 de agosto de 2009

Y la culpa la tiene...

Te cuento...

Una reacción normal del ser humano siempre ha sido que cuando algo sale mal es porque otra persona tiene la culpa y no por errores cometidos por él mismo. Si no somos un país rico, es por culpa del gobierno; si no nos va bien en el trabajo, es porque nuestro jefe nos trata mal y nuestros compañeros son unos incompetetentes; si nos va mal en los estudios, es porque le caemos mal al profesor; si no somos felices en nuestras relaciones, es porque nuestra pareja o amigos no nos entienden.

Es natural buscar un culpable, es hasta un reflejo, pero hasta qué punto vamos a dejar que esto rija nuestras vidas?

Un país no es responsabilidad exclusiva del gobierno, sino de todas las personas que en él vivimos, y somos los pobladores quienes tenemos el poder de cambiar las cosas. De nada nos sirve quejarnos por cosas que podemos cambiar, si no vamos a hacer nada al respecto. Al fin y al cabo son los "viles mortales" quienes eventualmente ocuparán las posiciones en el gobierno o en grupos de presión.

La vida personal es otra historia, pero no es tan diferente como pensamos. Nadie es responsable de hacernos feliz, porque la felicidad depende de uno mismo y de las decisiones que tomemos. Siempre he pensado que es muy fácil aconsejar a los demás y decirles lo que deben y no deben hacer, sin embargo debemos de conocer los límites entre ayudar y tomar decisiones por los demás. Nunca he sido muy pro consejos porque considero que cada caso es diferente, cada persona es diferente y que puedo decirle a alguien lo que yo haría en su caso, sin embargo no soy yo quien sufrirá las consecuencias de esas acciones.

Debemos de empezar a tomar las riendas de nuestras vidas y cambiar nuestro entorno si queremos generar un cambio a gran escala. Aunque lo consideremos insignificante, la diferencia de genera de a poco.

Posdata: Nuestra felicidad no depende de nadie, sino de nosotros mismos. La felicidad es un trayecto y nadie tiene el poder de desviarnos de él si nosotros no se lo permitimos.