viernes, 13 de septiembre de 2013

La cobardía humana

Te Cuento...


En los últimos años ha estado sonando mucho todo lo que tiene que ver con cyberbulling, los bullies y todo aquello que de una forma u otra representa un ataque hacia las personas.
Me resulta inconcebible, y siempre ha sido así, el que una persona haga daño a otra sin razón alguna, solamente el simple hecho de que esa persona no le cae bien, o le tiene envidia, resentimientos y cualquier otro disparate que “justifique” estas acciones.
Si bien es cierto que los colegios y escuelas tienen una campaña agresiva en contra de esto en sus planteles, la tendencia más preocupante es la del cyberbulling, esa que se escuda en el anonimato y que tiende a ser más cruel y directa.
Miles de historias salen en los medios de comunicación sobre niños y jóvenes que se suicidan o intentan hacerlo cuando el acoso llega a ser intolerable. Son atacados por sus preferencias sexuales (en muchos casos incluso inventadas por los agresores), por su raza, su condición social, su origen, su religión, su estilo de vida.
Es cierto que existen leyes en algunos países que protegen a las personas afectadas de los agresores, ¿pero de qué sirve una ley cuando emocionalmente se está destruido? ¿De qué sirve cuando ya es muy tarde y la persona ha decidido no luchar más?
Y ojo, que el bulling no se limita a los salones de clases y planteles escolares, el bulling existe en todos los niveles y edades.
Mi pregunta es, ¿qué es lo que pasa por las mentes de los bullies a la hora de insultar y denigrar a una persona? ¿Qué ganan? ¿Cómo puedes sentirte bien contigo mismo al dañar a otros? Y pero aun, ¿por qué tantas personas se unen y alimentan estas acciones en contra de las personas?
¿Es que definitivamente el mundo se ha vuelto un lugar cruel y hostil en el que debemos de pisotear a los demás para “elevarnos” nosotros mismos?  Es un absurdo total que demuestra que la crueldad humana no tiene límites. ¡Da miedo!
Las personas debemos entender que las palabras dañan y que una vez han sido dichas no hay forma de borrarlas. Para eso debemos de tener un filtro entre la cabeza y la boca, o los dedos, para pensar en los efectos que cualquier “broma” pueda tener en los demás. No vivimos solos ni somos mejores que otros, simplemente somos diferentes y eso es lo que nos hace especiales.

No seamos cobardes, si tenemos algo que decir digámoslo, pero con respeto y educación. Lo que nos diferencia de un animal común es el poder de raciocinio, usémoslo para algo. 


Posdata: 

Este vídeo está circulando en las redes sociales y espero que les sirva de aprendizaje