martes, 4 de agosto de 2009

Y la culpa la tiene...

Te cuento...

Una reacción normal del ser humano siempre ha sido que cuando algo sale mal es porque otra persona tiene la culpa y no por errores cometidos por él mismo. Si no somos un país rico, es por culpa del gobierno; si no nos va bien en el trabajo, es porque nuestro jefe nos trata mal y nuestros compañeros son unos incompetetentes; si nos va mal en los estudios, es porque le caemos mal al profesor; si no somos felices en nuestras relaciones, es porque nuestra pareja o amigos no nos entienden.

Es natural buscar un culpable, es hasta un reflejo, pero hasta qué punto vamos a dejar que esto rija nuestras vidas?

Un país no es responsabilidad exclusiva del gobierno, sino de todas las personas que en él vivimos, y somos los pobladores quienes tenemos el poder de cambiar las cosas. De nada nos sirve quejarnos por cosas que podemos cambiar, si no vamos a hacer nada al respecto. Al fin y al cabo son los "viles mortales" quienes eventualmente ocuparán las posiciones en el gobierno o en grupos de presión.

La vida personal es otra historia, pero no es tan diferente como pensamos. Nadie es responsable de hacernos feliz, porque la felicidad depende de uno mismo y de las decisiones que tomemos. Siempre he pensado que es muy fácil aconsejar a los demás y decirles lo que deben y no deben hacer, sin embargo debemos de conocer los límites entre ayudar y tomar decisiones por los demás. Nunca he sido muy pro consejos porque considero que cada caso es diferente, cada persona es diferente y que puedo decirle a alguien lo que yo haría en su caso, sin embargo no soy yo quien sufrirá las consecuencias de esas acciones.

Debemos de empezar a tomar las riendas de nuestras vidas y cambiar nuestro entorno si queremos generar un cambio a gran escala. Aunque lo consideremos insignificante, la diferencia de genera de a poco.

Posdata: Nuestra felicidad no depende de nadie, sino de nosotros mismos. La felicidad es un trayecto y nadie tiene el poder de desviarnos de él si nosotros no se lo permitimos.

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